miércoles, 24 de marzo de 2010

Seguí soñando

Luego de una detenida observación se tira en la cama fundida, con dolor, con recelo, con egoísmo y tristeza. Mientras se va tapando siente las miles y miles de sábanas enredándose en ella. Serán sábanas? Las quiere acomodar pero no puede, no tiene fuerzas para luchar contra tantas capas irrompibles y tenebrosas. Decide darse por vencida y sumergirse en ellas. Cuando por fin logra dormirse sueña sueños reveladores un tanto peligrosos. Sueña con enojos, con alegrías. Sueña con libertad y con felicidad. Cuando despierta, todo le da vueltas, se siente vacía, olvidada, sola. Y le cuesta despertar, cada vez le cuesta más. Si total puede soñar, para qué despertarse? En sus sueños hay felicidad, encuentro, canto. En la realidad hay llantos, preocupaciones, reproches.
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