lunes, 5 de abril de 2010
Vuela con el frío de Otoño
Se levanta a la mañana, frío de Otoño y calor de sábanas. Es dura la salida de la cama pero hace un gran esfuerzo y se destapa y se prepara para salir. Sale a la calle, medio nublado, medio soleado. Se cierra el saco, no se había percatado del frío que iba a hacer. Le rechinan los dientes, su cuerpo no puede evitar tiritar por el congelado viento que le traspasa la ropa y le adormece la cara. Se dirige hacia la parada del colectivo más acudida por los últimos años de su corta vida. Mientras espera, va sacando las monedas. 50, 25, 10, 10, 5. Solo un peso tenía ella! Y tan solo 25 centavos le hacían falta. Un tanto avergonzada (un tanto bastante), le pide a una buena señora si no tenía por casualidad 25 centavos de más. La mujer, con la ternura pintada en la cara le da 50 centavos, no vaya a ser que una moneda no le ande. Ella le agradece varias veces y se sube al colectivo. Mientras pone las monedas tantea a ver si hay asientos, odia viajar parada. Por suerte hay varios y elije el mejor. Abre la ventana y deja que el frío viento le pegue en la cara. De repente, una vieja sensación le interrumpe la meditación y le desalinea los pensamientos. Esa extraña sensación la transporta en el tiempo a una situación completamente semejante, pero en un contexto diferente. Y entre sonrisa y sonrisa traspasa el tiempo como nunca había imaginado, viaja sin razón, vuela con intención y se deja llevar por los extraños pensamientos de Otoño a momentos ya vividos.
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1 comentario:
Muy lindo =)
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