ElÁrbolDeLaVida

Y la vida sigue, se enriquece. Forma raíces y crece lo más alto posible, lo que le permita el territorio. Nace el árbol, el árbol de la vida. Ése que asusta, que se impone, ése que cuesta. Y nos alimenta, nos da el aire que respiramos. Se transforma a medida que pasan las estaciones; se caen las hojas, nacen otras, florecen, se secan. Y así somos nosotras, las personas. Cambiamos según las situaciones que nos enfrentan y necesitamos cuidado, como una planta recién nacida que necesita ser regada. Y así es el ciclo de la vida, la vida nuestra, la vida propia. Cada uno el mismo principio y final, pero a nuestro distinto modo.