Fue hace poco, parece hace mucho.
Con un aire de melancolía recuerdo cada momento,
recuerdo los días felices,
los días tristes.
Y estás ahí, al voltear la cabeza.
Escondido detrás de una máscara irrompible,
que se mueve lado a lado a donde vayas.
Tu sombra es mi respiro.
No aprendí a olvidar,
no aprendí a borrar.
Pero no me molesta ser la que entiende
que ya terminó lo que tenía que ser.
Aún así pienso,
quiero esa pastilla del olvido.
La que borra todo mal y todo bien.
La que borra todo lo que debía ser y no fue.
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