
Lo esencial es invisible para los ojos. Solo se ve bien con el corazón.
Uno es responsable para siempre de lo que ha domesticado.
Hay que exigir a cada uno lo que cada uno pude hacer. La autoridad reposa, en primer término, sobre la razón.
Es necesario proteger a las lámparas; un golpe de viento puede apagarlas.
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